Lo que puede hacer por ti la silla de oficina

Lo que puede hacer por ti la silla de oficina

Estamos todos de acuerdo. Quizá no conozcamos las cifras exactas pero todos sabemos que en España pasamos muchas horas sentados en nuestra silla de oficina. Y, en general, en nuestros puestos de trabajo. Ocupamos los primeros puestos en horas trabajadas en Europa, 1.700 anuales frente a las 1.360 de Alemania o las 1.500 de Francia. Alejándonos del debate sobre la productividad, la presencialidad o la conciliación, si algo queda claro es que nuestras jornadas de trabajo son largas. Entonces, ¿no deberíamos mejorar nuestros espacios de trabajo? Hacerlos más cómodos, más atractivos, más saludables incide positivamente en nuestro bienestar físico y, también emocional.

Espacios de trabajo cómodos

Uno de los elementos fundamentales de nuestro espacio de trabajo suele ser la silla de oficina. Los que pasamos horas sentados sabemos que un mal asiento puede acabar con el optimismo del más afable de los compañeros de trabajo. De hecho, en Europa, una de cada cinco personas sufre dolor crónico de espalda y más de la tercera parte de los trabajadores padece problemas de espalda. Se puede tratar pero es un dolor que suele volver en la mayoría de los casos. Teniendo en cuenta la cantidad de hora que pasamos sentados, ¿no será recomendable invertir en una buena silla de oficina y ayudar a paliar el dolor? ¿sabes lo que puede hacer por ti la silla de oficina?

evolución del hombre

Hagamos memoria. El ser humano pasó de ir a 4 patas a andar con dos y, en la actualidad, la mayor parte de nuestro tiempo de trabajo lo pasamos ¡sentados! Nuestra columna vertebral en forma de S nos permite caminar en posición vertical. En ella, tenemos 23 discos intervertebrales con una función esencial: amortiguar el impacto de nuestros movimientos. Y para que nos hagamos una idea de cómo trabajan estos discos, ahí van los datos: su estrés es de un 7% cuando estamos tumbados y de un 275% cuando nos sentamos.

Nuestro asiento y nuestra postura importan. Debemos elegir un asiento que permita el movimiento. El respaldo tiene que ajustarse a la espalda, ser regulable y cubrir, como mínimo, toda la espalda. Es importante, además, que la silla de oficina disponga de ruedas, ya que así será más fácil realizar cualquier movimiento. Los apoyabrazos juegan también un papel importante. Permiten apoyarnos y facilitan la acción de levantarse. Y ya, en nuestra búsqueda de la silla de oficina perfecta y saludable, si tenemos en cuenta además que el tejido sea transpirable y confortable, habremos encontrado el asiento ideal para nuestras largas jornadas laborales.

Lo que puede hacer por ti la silla de oficina

Como vemos, la elección de nuestra silla de oficina no es algo que haya que tomarse a la ligera. Pero, atención, ella no será la única que haga todo el trabajo de protección de nuestra espalda. Tendremos que ayudar aprendiendo a mantener una postura correcta. ¿Las claves? Que sea dinámica para ejercitar los músculos y fomentar el riego sanguíneo. Pensemos que, cuando nos sentamos correctamente, los discos intervertebrales trabajan como si de ruedas perfectamente alineadas se tratara. Si nos sentamos incorrectamente o encorvados, los discos trabajan más y sufren un mayor desgaste.

Cada vez más, nos preocupamos por llevar un estilo de vida saludable, practicar deporte y tener una buena alimentación. Apostamos por cuidarnos más y mejor. ¿No será importante que esta tendencia la apliquemos también en el entorno dónde más tiempo pasamos? La respuesta es obvia: por supuesto que sí. Demos la importancia que corresponde a la humilde silla de oficina, ésa que nos acompaña y nos sostiene tantos días y tantas horas.

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